Hace mas de dos semanas termine “Stories of Your Life and Others”, de Ted Chiang [editado
en españa como “La
historia de tu vida” por la editorial Bibliopolis y con una portada
que le da mil vueltas a la edicion anglosajona], premio
locus 2003, premio
John W. Campbell Jr. y premio Nébula, 1990. Un maestro de la ciencia
ficción, heredero de los grandes. Recopilación de toda su obra,
compuesta por relatos cortos. Escritos intensos, valientes en sus planteamientos
y ejecutados a ritmo frenético, por momentos agobiantes, no tanto por
la densidad de los mismos sino por la tremenda voracidad que provocan. Empujándote
a devorarlos sin permitir siquiera la relectura y reflexión simultánea
en segundo plano tan necesaria en este genero.
Sorprenderá gratamente a habituales, como a recién llegados o
aquellos de vosotros que no disfrute con los lugares comunes de la ciencia ficción.
Saliendo y entrando, con ejercicios de una sensibilidad tremenda como el que
da nombre al volumen, demarcándose experimentando con el tempo y la estructura
narrativa, abrazando la idea que vertebra el mismo relato. Historias redondas,
en definiva.
Sin embargo el motivo de este post es el primero de los relatos, “Tower
Of Babylon”, premiado con el Nebula en el año 1990, y el impulso
freak que me ha causado, llevándome a volver a ver el primero de los
episodios de “Kino no Tabi”. Serie japonesa cuya preciosista animación
corre a cargo de
studio wombat, dirigida
por Ryutaro Nakamura, y que por el momento solo podéis encontrar en vuestra
red de pares favorita, subtitulada por
Kamonohashi
no Fansub [Prometo un post acerca del fenómeno de los fansubs, comunidades
tremendamente activas que me tienen fascinado]. A lo largo de los 13 episodios
acompañamos a Kino en sus viajes y vivencias por escenarios imposibles,
un guión de experiencias y situaciones vividas por su protagonista con
una madurez y sensibilidad extraordinarias, muy poco comunes en el mundo de
la animación.
En este primer episodio la historia parte del mismo punto que la historia de
Ted Chiang, estableciendo elementos y localizaciones prácticamente idénticas,
desarrollándose por derroteros completamente distintos, pero con un alejamiento
de cualquier posible juicio moral por parte del protagonista, que caracteriza
toda la serie y que la hacían merecedora de un segundo visionado y de
esta recomendación.